Hubo una vez.

Cuentan los viejos del lugar que bajo las aguas del pantano hubo una vez un hermoso valle en el que la vida florecía cada primavera; las personas disfrutaban durante el verano; los árboles teñían de ocre el otoño y en invierno, la nieve lo cubría con su blanco manto. Cuentan los viejos del lugar que un día, muy lejos de allí, se decidió poner fin a aquel valle sepultándolo bajo las aguas que acabando con su vida, llevarían prosperidad a otras tierras. Sus habitantes lucharon para que ese final no llegase pero el poder acabó con sus sueños; con su vida y con el valle. Cuando los mas viejos del lugar ya no estén, la historia del valle irá perdiéndose con el paso de los siglos al igual que se perdió aquella otra ocurrida no muy lejos de allí, en Los Mampodres. Hoy, fechas en que se cumplen 28 años de aquel final, quiero poner mi granito de arena para que la Historia no se pierda y siempre se recuerde que bajo las aguas del pantano, hubo una vez un hermoso valle habitado por buenas gentes.

Riaño. Cuatro imágenes entre 1986 y 1989

Ojos.

“Quien no comprende una mirada, tampoco comprenderá una larga explicación” dice un proverbio árabe. Sobran por tanto las palabras para explicar las  diferentes miradas que recoge la fotografía.  Dice también otro refrán castellano, que “los ojos son el espejo del alma”. En la foto, cada una de las miradas refleja un sentimiento único y personal que en un breve recorrido por cada una de ellas te emplazo a que lo identifiques, analices y definas. Un  ejercicio durante el cual te recuerdo en palabras de Antonio Machado que “el ojo que tú ves no es ojo porque lo veas, es ojo porque él te ve”

Vuelo de ave rapaz en la fiesta de los Exconxuraos. Llanera-Asturias