domingo, 23 de agosto de 2015

El regalo de la Naturaleza.

Sí. Lo íbamos buscando, es cierto. Pero también lo buscamos muchas más veces y no hubo suerte. Sin embargo en esta ocasión  la madre Naturaleza quiso compensar nuestra constancia  y de repente, allí, sobre una roca, apareció majestuoso. Desde aquella atalaya miraba absorto sobre sus dominios mientras nosotros, mi amigo Manuel y yo, plasmábamos su presencia sumidos en una extraña agitación entre el asombro y la admiración. Allí posó por más de siete minutos hasta que giró y desapareció tan súbitamente como había aparecido. Fué entonces cuando fuimos conscientes de lo afortunados que habíamos sido y cuando comprendimos lo afortunados de vivir en Asturias. Los ingleses que estaban junto a nosotros y se habían desplazado hasta Degaña, Asturias, desde su país buscando verlo , tan solo atinaron a decir: " There´s a bear up there".