Era un partido normal. Bueno, normal, normal, no. Llovía fuerte y hacía un
viento de perros. El equipo iba desarrollando su juego habitual y los
contrarios estaban a nuestra merced. Hasta aquí, lo de “todo normal”. De
repente apareció él. Estaba allí mismo, justo frente a mí, a tan solo dos
palmos por delante, y cuando miré su cara….. ¿Nunca te ha pasado que crees
estar viviendo en un sueño en algún momento de tu vida real? Pues eso creí yo
antes de quedar paralizado. Fue un instante, lo reconozco, pero el suficiente
para que me sobrepasase y el posterior grito de ¡¡¡Gooool!!! me devolviese a la
realidad. Fue increíble. Por suerte para mí, un fotógrafo captó su imagen.
Nunca me habrían creído de no mediar la foto de aquel momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario